Es común que cuando el pasto está seco, por cualquier lugar inicia el incendio. Vemos entonces en los meses de mayo y junio que por diversas partes de la geografía tabasqueña hay “quemas”, y humo. Luego se presenta el fenómeno de “calima”, humo que está en todos lados y daña la vista y los pulmones. Uno se pregunta ¿quién inicia el fuego?. Y lo cierto es que a veces los rayos del sol se reflejan en vidrio y van, insistentes, hacia la hojarasca seca e inicia el incendio.
Así pasa ahora entre la población tabasqueña sin distinción de colores: despidos, alza a la tarifa de los taxis; congestionamiento vial; boquete financiero; alza de impuestos; fraude en las elecciones para delegados; cortes masivos de luz; bajos salarios; educación pública sin rumbo; y el gran calor de 42 grados en la sombra que promueve la chispa.
Pero junto a eso hay miles de trabajadores que están corriendo de sus empleos y otros tantos que están en la mira. La percepción general es que El Químico Andrés Granier y Humberto Mayans están probando hasta dónde aguanta el ciudadano común; le están apretando el cuello para ver hasta dónde. Dicen “si cuando las inundaciones aguantaron el agua hasta el cuello y más arriba, y seguían aplaudiéndonos como pingüinos.
El Químico ya no tiene más que dar; nunca tuvo. Su sexenio se agotó tan pronto tomó posesión. Metió más de cinco mil activistas a la nómina. Nombró funcionarios en todas las dependencias con el mérito único de sudar en campaña, sin el perfil para el puesto en muchos casos. Muchas dependencias andan de cabeza, entre la política perruna del chisme y el rumor.
A Granier sólo le queda hacer el papel de La Puerta de Alcalá y se ponga a mirar el paso del tiempo mientras se soban las manos quienes quieren ocupar su lugar en el 2012.
En el PRI están reagrupándose, dialogando, buscando ir juntos, dándole oportunidad a la disciplina.
En el PRD andan dándose de golpes. Y hay voces que señalan que unidos todos los grupos del PRD, ganan fácilmente, divididos no ganan ni yendo a rezar a Chalma de rodillas.
Sin embargo las condiciones para la derrota del PRI en el 2012 están dadas y se irán dando. Es necesario trabajar políticamente, tejer fino entre los grupos. Y vaya que sí es posible. Se requiere bajarle un poco o mucho a la soberbia en los grupos del PRD; se requiere buscar interlocutores que funcionen de puente entre los diversos liderazgos.
Por lo pronto vamos a ver en qué termina el enojo social. Recordemos que los rusos decían que de la chispa nace el incendio.
Vaya, la situación es tal que hasta los mismos priistas quieren que se acabe la pesadilla del cínico Granier, perdón, el químico.
20 de mayo de 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario