miércoles, 15 de diciembre de 2010

Los cuentos de las cuentas


Jab de Burundanga a Bernabé, Buchilanga observa. Lugar: el Honorable Congreso de Tabasco (foto de La Jornada, edición del 30 de noviembre de 2007)

Volvemos al tema de la revisión de cuentas. El anterior fue “Caso Comalcalco, ¡Al ladrón, al ladrón!”. Es extraño y subyugante ese mundo de la revisión de los números en el Congreso confrontados con facturas de compras y adquisiciones. Es extraño para quienes rehuimos a las matemáticas desde los primeros años de escuela. Sin embargo cuando están relacionados con la política, entonces queremos entenderle y nos atisbamos a ellos y sospechamos que lo político mata lo real; la realidad supera a la ficción.
Nos preguntamos (lector y yo) ¿para qué sirve un Órgano superior  de fiscalización en el Congreso si avala lo inavalable, y contra todos los augurios reprueba lo menos punible? ¿De qué le sirve a la ciudadanía mientras le sirve a un repudiado régimen?¿Es benéfico para Tabasco el resultado de su trabajo en relación con lo oneroso de su costo?
Ejemplo: Una cuenta pública salvable era la de May-Comalcalco; lo aducen tirios y troyanos. Y, concediendo, pudiera tener algunas salvables observaciones. Sin embargo, al reprobarla muestran el afán perverso y pervertidor de castigar políticamente a quien no se alinea. Al que quizá mostró soberbia en el ejercicio del poder municipal. Y no quizá.
Ahora bien. Si la cuenta de algún municipio  la reprueba el fiscal “superior”, la reprueba también la comisión inspectora, pero como esa reprobación no cuenta con la línea de donde se dicta línea, entonces la aprueban. Sí, así como se lee. Caso contrario cuando un dictamen de cuenta es aprobado en comisiones y luego reprobada en el pleno, porque es de interés de la línea del gobernador que se repruebe, ejemplo la de Macuspana.
La ciudadanía por lo pronto se mantiene indiferente, como que eso de la calificación de cuentas públicas es ajeno a la vida cotidiana, cuando es allí en el Congreso, el Honorable Congreso, debo de escribir, donde se toman las decisiones sobre el rumbo de nuestro estado. Sí, aunque las decisiones  de los diputados del PRI y sus paleros ya sabemos que las toma Humberto y Andrés Granier.
Y a decir verdad. Todas las cuentas deben tener observaciones. Todas tienen, me dice un auditor cercano al cuasi eterno Rullan. Todas.  ¿Entonces cuál es el criterio para aprobarlas o desaprobarlas? La señal lanzada desde La Quinta: el dedo gordo hacia abajo o hacia arriba de los aprendices de emperadores.
Más aún, dicen que a algunos exalcaldes les hacen manita económica de puerco para aprobarlas; y que algunos diputados apoyaron con su voto que se eternice  Rullan como auditor mayor del Congreso en relación a que se sueñan futuros alcaldes y no quieren tener problemas en su cuenta.
 Pero de calificadores a calificadores, dice la vox populi que esta es de las peores legislaturas que ha tenido Tabasco.
Abona lo anterior el hecho que en la aprobación de gastos para el 2011, en el área del tribunal de justicia se aprobó un rubro que a la letra dice “programas pecuarios”. Entonces uno se imagina que en efecto, la gente del tribunal Superior de Justicia anda ya en otras dimensiones de desarrollo. Ahora habrá hasta capacitación jurídica para el ganado caprino y bobino; para Ripley.
Chiste al caso: pasan dos compas chocos frente al edificio del Honorable Congreso, y escuchan voces de adentro que dicen: ladrón, pécora, adúltero, ganagracia, comecuandohay, farsante, megalómano, deslenguado, ganapán, chismoso, falsa, indecente. Y uno de ellos, preocupado, le dice al otro: “oye compa, se están peleando allí dentro, llamemos al 066 de emergencia o a la policía”. Y el otro burlón le responde: “no seas conejo, compa,  están pasando lista; es el  ´congreso´”.

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