lunes, 6 de mayo de 2013

Breve recuento: luces y sombras en el aniversario 24 del PRD



(La Verdad del Sureste. 6 de mayo de 2013)De todo ha pasado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en estos 24 años  iniciados el 5 de mayo de 1989: desde la campaña criminal de Carlos Salinas de Gortari para desaparecerlo mediante el descrédito y calumnia en prensa, radio y televisión, hasta el ejercicio de gobiernos municipales y estatales, ingenuos o perversos, que funcionaron de manera pésima. Para decirlo claro, fueron peor que los gobiernos priistas.
El origen del PRD fue para dar cauce institucional a la inconformidad por el agravio del fraude electoral de 1988 mediante el cual el sistema político, corruptor y corrupto, impuso a Carlos Salinas para dar continuidad al plan del entreguismo y la sumisión a Estados Unidos. Nuestra figura central en el origen fue Cuauhtémoc Cárdenas, sin dejar de mencionar a Porfirio Muñoz Ledo, a Ifigenia Martínez y al gran Heberto Castillo, entre otros, quienes dieron un fuerte impulso al movimiento democrático del país. Si no se funda el PRD, los agraviados del fraude de 1988 se hubieran ido a la guerrilla o en tumulto hubieran tomado palacio nacional (y queda la duda si no hubiera sido lo mejor).
No es un partido perfecto, como toda agrupación política. Al ser una empresa de seres humanos, el PRD tiene sus luces y sombras. Entre lo más preciado tiene a la militancia: miles y miles de obreros, campesinos, artistas, comerciantes y profesionistas, hombres y mujeres de lucha  esperanzados en un destino mejor para todos, que reflexiona a diario, y opina sobre los problemas del estado y del país. Son quienes llegan a las reuniones de comunidad y colonias, esperando información mediante verdades, y palabras de aliento y de unidad. Y muchas veces perciben que sus dirigentes le dan gato por liebre en los discursos. Dicen: “esos son puro rollo”. O escuchan a dirigentes que creen que ganan puntos ante la militancia hablando  en contra de otros dirigentes.
Son los militantes y simpatizantes quienes hicieron posible la alternancia en la gubernatura de Tabasco y en los municipios; son quienes han dispuesto de su tiempo, de sus propios recursos, para apoyar candidatos que después ni los escuchan.
Han sido ya 24 años, y se dice fácil. Han sido muchas elecciones y muchas decepciones. Perseguidos, calumniados, vilipendiados, burlados, heridos y muertos. Decepcionados cuando diputados y presidentes municipales fallan a la encomienda. Enojados cuando el trato dulce y empalagoso que reciben en campaña es mucho muy distinto al trato áspero y agrio ya en el ejercicio de gobierno.  Enojados cuando muchos de los que ellos apoyaron en campañas andan en lujosas camionetas último modelo; y al acudir a los palacios de gobierno encuentran que las puertas de sus oficinas son infranqueables.
Ha habido dirigencias de partido que han fallado, cierto. Dirigentes que no han valorado la responsabilidad de estar al frente de un partido generoso y promotor del cambio. Dirigentes que no han estado a la altura de las circunstancias. Dirigentes que nunca fueron institucionales, y que sólo representaban a su “grupo”, y actuaban para su grupo de origen. Pero no han sido todos, afortunadamente. Pero también es de mencionar que en H. Cárdenas, Tabasco, antes que en cualquier otro lugar del país, inició el programa de libros gratuitos en secundaria y preparatoria. Y que allí mismo hay un monumento al buen gobierno perredista que se llama Universidad Popular de la Chontalpa. Y sin duda alguna en este presente gobierno de Arturo Núñez Jiménez, en la zona indígena de Tamulté de las sabanas, Centro, siempre bastión perredista, habrá de construirse una universidad indígena y un hospital regional.
Hay que celebrar sí. Hay que celebrar el empuje de la gente que ha rebasado a sus propios líderes cuando así ha sido necesario por las circunstancias. El PRD ha sido el dique de los gobernantes ladrones. El PRD ha sido el dique que ha contenido a la fecha los intentos por entregar ya legalmente el petróleo a empresas extranjeras. Ha sostenido en Tabasco, desde 1995, el movimiento de resistencia civil contra la política usurera de la Comisión Federal de Electricidad. Y lucha por el borrón, cuenta nueva y tarifa justa. El perredismo no se doblega, no se cansa, no se desespera.
El PRD se ha mantenido en pie de lucha y ha logrado avances en distintas leyes que mejoran las condiciones sociales y económicas de la sociedad. Con sus hechos de buen gobierno ha logrado que la ciudadanía le refrende la confianza, como ejemplo el Distrito federal.
Los militantes y simpatizantes del PRD están de acuerdo en que los problemas de Tabasco no se solucionan de la noche a la mañana, pero no son conformistas.  Saben que no hay soluciones mágicas. A diario lo dicen en los programas de radio y en las reuniones. Pero están más que seguros, por ejemplo, que no habrá cambio verdadero si no se enjuicia a los funcionarios del régimen de Granier Melo y los hacen regresar lo que se llevaron. Saben por ejemplo que el campo está abandonado y en estado de emergencia. Y que mientras no se apoye verdadera y realmente al campo, entonces todo discurso es hueco y las acciones desconexas salen sobrando. Saben que el estado está económicamente quebrado, pero que saldremos adelante con austeridad real y con uso adecuado de los recursos públicos.
Seguimos adelante en el PRD. Seguimos en el empeño terco de cambiar la situación económica de miseria y pobreza de miles de mexicanos. Estamos seguros que para lograr transformar el país y el estado requerimos de unidad al interior y de hacer buena política al exterior. El PRD formará parte de un gran frente de partidos y organizaciones que empujen fuerte para llegar a la presidencia de la república en el 2018 con un presidente nacionalista, sembrador y constructor. Y que, por supuesto, desde la trinchera amarilla los tabasqueños estamos dispuestos a impulsar de nuevo a Andrés Manuel López Obrador. Pero antes, en estos seis años de gobierno en Tabasco, lograremos desarrollar conciencia ciudadana, para que nunca más regrese la corrupción en nuestro estado y no se imponga la impunidad.
Asimismo debe regresar el debate al interior del PRD y la autocrítica, siempre necesaria. Trabajaremos por la real y verdadera democracia, y para que el estado sea de todos, nunca más de unos cuantos. ¡Nunca más!

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