Estamos en la
incertidumbre de lo que va a pasar en estos días y semanas en nuestra entidad. O se encarcela a
Granier y compañía o nos quedamos viendo pasar el tiempo como la famosa Puerta
de Alcalá. Están a prueba las instituciones de impartición de justicia y a
prueba las leyes no escritas de la política sobre el destino de los saqueadores
donde se tapan unos a otros. Ha iniciado el juicio del siglo en Tabasco.
Están las
apuestas al rojo vivo y las discusiones en la mayoría de familias y en las
cafeterías en las que se compone el mundo desde una cómoda silla frente a una
taza de café. Hay quienes apuestan doble contra sencillo que no se les hará
nada porque poderoso caballero es Don Dinero. Y nunca se ha tenido preso a un
costal de oro, como se dice en el argot popular. Además que es el compadre del
ciudadano gobernador.
Pero bueno, es
de reconocer que la impartición de justicia siempre ha estado a prueba y la
mayoría de las veces nos queda a deber. Por eso hay quienes afirman que no se
le hará nada a Granier, Peralta, Saíz y Luque. Y se dice que luego de un juicio
medianamente largo se les pedirán disculpas y se les indemnizará.
Por otro lado la
discusión se centra en que al estado los granieristas lo dejaron quebrado y deberá de resarcirse el
daño económico y moral que se la ha hecho a la entidad. Recordad el abandono en
todos los sectores, y cómo se dejó al sistema de salud estatal sin recursos,
condenando a muerte a decenas de personas que no pudieron ser atendidas.
No supiéramos
nada sobre el saqueo si el triunfador hubieran sido los del PRI, porque, cómplices,
se tapan con la misma cobija . Y el fiscal rufián estaría a sus anchas en la oficina
contralora del Congreso, burlándose de todos.
En este tenor se
dice que el cambio verdadero contempla la aplicación de la justicia, a secas.
Decía el benemérito: “a los enemigos justicia, y a los amigos justicia y gracia”.
Será el sereno, pero el total de la ciudadanía espera ver en la cárcel a la
pandilla de rufianes que saquearon el estado. Y que regresen lo que se
llevaron.
Por lo pronto
mantengamos la calma. Esperemos el debido proceso. Dejemos que las Procuradurías
tanto federal como local realicen su trabajo. Dejemos que integren una
averiguación de tal manera que ni Houdini se escape.
Decía el de
Tepetitán, que dos actitudes dañan mucho a la sociedad: la corrupción y la
impunidad. Ambas forman parte de lo mismo. Uno y otro se corresponden. No es
como en otros países en los que a los ladrones se les corta una mano. Y a los
que roban dinero público se le cortan ambas. Acá deberemos con debido proceso
aplicar las leyes en la materia y sobre todo decomisar lo que sustrajeron, con
manos de plomo, los burdos, los bárbaros.
Por nuestra
parte hemos afirmado que en este affaire sobre el saqueo a Tabasco, el peligro
real es que se mantienen las mismas estructuras administrativas y de mando gubernamental;
de tal manera que nada garantiza que no se repitan estos muy lamentables hechos
de corrupción.
Por lo pronto ya
dio inicio el juicio con la indagatoria de la Procuraduría general de Justicia
de Tabasco, mediante la cual se busca integrar un expediente irrefutable.
Veremos de qué están hechas las autoridades impartidoras de justicia. Las dudas
que tiene gran parte de la población son justas y razonables. Dice el refrán
popular que la burra y la mula no eran ariscas, sino la misma vida montuna las
fue transformando así.