viernes, 30 de julio de 2010

Guillermo Morelos García, ciudadano ejemplar



Dr. Guillermo Morelos García.    Foto Cecilia Vargas Simón

Parte de la ciudadanía inteligente se organizó para celebrar al hombre sencillo, profesionista de veras, médico de la visión, solidario con todos  -pero más con los que menos tienen-, amigo de muchos, leal al compromiso político, crítico con la burocracia partidista y de gobierno, con el corazón en la mano y en la izquierda, el doctor Guillermo Morelos García, oftalmólogo de profesión, nativo de San Luis Potosí.
Su casa en Las Palmas y su consultorio junto al parque Juárez, han sido siempre lugares de reunión, hermandad de diálogo y reflexión, de análisis, recipiendarios de las ideas de muchos, centro de debate de temas relacionados con la oposición, la pobreza, la salud, la educación, el arte, las elecciones, la felicidad.
Reuniones plenas de brillantes y modestos ciudadanos. De hombres y mujeres activos en lo físico y las ideas. Críticos, propositivos y emprendedores, para quienes lo mismo es escribir un texto, que repartir volantes, estampar la firma en el manifiesto, salir a comprar La Jornada, La Verdad, el Proceso, para tener mejores elementos que enciendan la chispa del diálogo y asimismo la brújula que guíe mediante las noticias el quehacer cotidiano.
El sábado del 24 de julio fue el cónclave de la amistad alrededor del fuego Morelos. Digo del Fuego Morelos, como decir la luz Morelos, pero también el Hombro Morelos. Todo eso ha sido el doctor de apellido de linaje, para su orgullo y el consuelo nuestro.
Al encuentro caluroso fui invitado por Guille y Julieta Uribe, y para esa hora de las 7 de la noche de ese sábado iría yo en camión con un grupo de venturosos tabasqueños para asistir a la asamblea de López Obrador en el Zócalo al día siguiente: domingo de alimentar esperanzas.
No pude quedarme como me hubiera gustado. Allí en su casa tuve la oportunidad de coincidir con muchas personas de la política de izquierda, del arte, que de otra manera hubiera sido difícil conocerlos en vivo y a todo color. Menciono entre ellos a Andrés Manuel López Obrador, a Francisco Goitia Prieto y a Fontanelly Vázquez Alejandro (QEPD). Emblemáticos los tres nombres para dar idea de la grandeza del Doctor Morelos y su familia (Chelita grande y chica, Memo y José María). Obrador, político de izquierda y grande; Goitia, religioso defensor de los derechos humanos; el Fonta, artista plástico tabasqueño extraordinario. Los tres en una vida de búsqueda de mejores condiciones del país.
Imagino ese sábado del reconocimiento al Doctor Morelos: el ambiente, la calidez, la bohemia, las palabras y, en algunos, las lágrimas contenidas, encubiertas o plenas al aire libre. El sentimiento a flor de piel.
Imagino al Doctor Morelos en sus peripecias de película: en las marchas, en las reuniones; en los mítines del zócalo en apoyo a Obrador y en el plantón de vía Reforma en el DF; en la convención de Aguascalientes convocada por el inefable Marcos.
Recuerdo bien cuando desayunamos con López Obrador en la casa del fraccionamiento Galaxia. Muy atenta, muy amable, siempre discreta, Rocío Beltrán (QEPD). En esos días estaba por iniciar AMLO la campaña a la gubernatura de 1994.
El motivo del desayuno era exponer un proyecto de trabajo de concientización en las comunidades mediante el teatro. El fin era llevar por varios caminos y riberas de la geografía tabasqueña a grupos de trashumantes actores y talleres infantiles. En efecto, dijo Obrador, estoy de acuerdo con ustedes, aunque lo primero es ganar el poder para tener el medio de hacerlo bien, en grande y hacia el futuro.
Los adjetivos por lo regular afectan los textos. En este caso describen a un ciudadano ejemplar: siempre de ideas, siempre inquieto, motivador, entusiasta, afable, sonriente, modesto, solidario, generoso, el doctor Guillermo Morelos García tiene bien merecido el reconocimiento que le hicieron los amigos, al cual me sumo con este texto. Un abrazo, amigo Morelos. 

miércoles, 7 de julio de 2010

Sin hábito de lectura, la educación un fracaso

Fidencio Ramos Díaz, cuando obtuvo primer lugar en oratoria. (1994)


I.-Una de las certezas en educación es la importancia de la lectura para el desarrollo de la personalidad en los alumnos. Más aún, si no se logra adquirir  el hábito de la lectura, entonces el trabajo escolar no sirve, o concediendo, sirve de poco.
La educación tiene como objetivo sustancial el desarrollo del pensamiento en los alumnos. Entonces la práctica constante de la expresión oral y escrita, el hablar en público, el participar en clase y en los homenajes, el dar opinión, va logrando en el alumno que su pensamiento, en ejercicio constante, vaya adquiriendo características de lógica, coherencia, claridad, precisión.  El alumno lector aprende ortografía y sintaxis con la memoria fotográfica; adquiere seguridad en sí mismo,  aumenta la comprensión y  conceptualiza el mundo que le rodea, con sus alegrías y problemas.
También todo lo que el alumno va leyendo lo va transformando en imágenes, lo cual le permitirá construir imágenes nuevas. Y recordemos por supuesto  que todo lo creado por la humanidad estuvo primero en la imaginación del hombre. Una sociedad creativa vive mejor; un gobierno con creatividad e imaginación impulsa a la gente en la transformación de su entorno.
Allí radica la importancia de la lectura libre. Ni más ni menos.
II.- Desde el primer día de clases llegué a la telesecundaria de la ranchería El Martín con veinte libros de cuentos, poemas y novelas. Aproveché la clase de Español para comentarles que una actividad, no obligatoria, que les ayudaría mucho, era la lectura de libros; no de cualquier libro, y menos los gruesos y feos libros de telesecundaria de esa época, sino de ese cerro de libros que tenían al frente. Me miraban cautelosos.
Era 1994 y me tocó trabajar en una ranchería conocida popularmente como El Martín, aunque su nombre legal es Unión y Libertad, en el municipio de Macuspana. El grupo que me asignaron era segundo grado y “el aula” una palapa con inclinado piso de tierra. Para acercarme a los alumnos del fondo, tenía que subir, y lo hacía divertido, ocurrente.
Como motivación al asunto vital de la lectura  les conté la novelita corta de B. Traven, Macario. Lo hacía algo teatral. Algún alumno dijo que la había visto en la televisión. Yo le preguntaba para que él contara también.
III.- El que sabe leer y no lee, y sabiendo escribir no escribe, es como el que sabe caminar y no camina. Músculo que no se utiliza se atrofia. El individuo por lo general tiene la práctica de lo oral, lo cual le ha conformado una estructura de pensamiento que le proporciona “su” lógica de expresión. Entonces al leer libros, periódicos, revistas, etc, va aprendiendo de la lógica del pensamiento de los escritores. Lo mismo, las lecturas le proporcionan temas de plática, su memoria se amplía, así como su capacidad conceptual.
IV.- Era un viernes mi primer día de clase en el Martín. Llevaba entre los libros: Macario, de B. Traven; El llano en llamas, y Pedro Páramo, de Juan Rulfo; 20 poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda; El forastero misterioso, de Mark Twain; El perfume, de Patrick Susckind; entre muchos otros. Les comenté de que podrían llevarlos a su casa con dos condiciones: una, que los cuidaran y  dos, que leyeran cuando menos dos páginas. Si en esas dos páginas el autor no había sido  capaz de atraparlos, era asunto del autor, no de ellos. Y había que cuidar los caros libros porque los hermanitos los rompen, los rayan, los mojan. El acuerdo convenido era que el lunes podían regresar el que no los haya atrapado.
V.- Cuando el lunes iniciamos la clase de español les pedí platicáramos de los libros;  que los que habían leído dos páginas y no les gustó,  me lo entregaran para cambiarlo por otros. Cinco alumnos se me acercaron. Yo contento porque estaba funcionando la estrategia para promover la lectura.
Fidencio Ramos había llevado El perfume, historia de un asesino, de Patrick Suskind. “No te gustó”, le dije, afirmando.  “Al contrario”, me respondió esbozando una sonrisa. “Entonces por qué me lo regresas”, le recriminé juguetón. “Es que ya lo leí, maestro”, dijo efusivo, con orgullo. No le creí. Le pedí me contara algo. Y me empezó a contar con detalle la novela donde se relata la vida del asesino francés que tenía muy desarrollado el olfato, y que ideó crear un perfume con el olor normal de las mujeres, para lo cual tenía que asesinarlas. Un fin de semana Fidencio había leído 250 páginas. Lo mismo pasó con Alexander, otro de los alumnos. Algunos regresaron libros pero llevaron otros; mientras otros se lo quedaron para terminarlo más lentamente.
VI.- Años después me he encontrado a alumnos y alumnas de aquella época como estudiantes en escuelas de educación superior, o como lavacoches algunos de ellos. Tienen muchas anécdotas para contarme. Las limitaciones económicas les truncaron, a varios, un mejor desarrollo. Sin embargo recuerdan con ahínco las lecturas de sus años de secundaria en ese grupo rural al que llegué en el 94. Fidencio Ramos dice que la lectura le ayudó a comprender el mundo de extrema marginación en el que vivía, y a tomar la decisión de estudiar. Alexander cuenta, festivo, platicador, seguro, que aunque no siguió estudiando, de vez en cuando compra y lee un libro.
VII.- En el sistema educativo de Tabasco hay condiciones para mejorar: sin embargo las estrategias para promover la lectura libre no han funcionado. ¿Las razones? Son varias. Una de ellas: no está generalizada la estrategia o no está bien comprendida. O no están convencidos los maestros y los funcionarios  de la Secretaría de Educación porque  no son lectores. Sin promover el hábito de lectura, sin obtener resultados en ese rubro la educación en Tabasco continuará siendo un fracaso. Un vil y rotundo fracaso.

jueves, 1 de julio de 2010

Elección presidencial, lo importante del 2012

Sólo de esa manera podría venir un renacimiento del país, en lo administrativo, en lo cultural, en lo social, en lo político.




Los que van adelantados rumbo a la gubernatura para el 2012, reuniéndose, viajando, hablando, perfilando, haciendo amarres, buscando alianzas y todos los “andos” posibles, hacen bien. Sin embargo antes del proceso electoral para elegir gobernador o gobernadora viene la elección presidencial y, en definitiva, es lo que más importa para el cambio democrático del país. Es la oportunidad que tenemos para definir el rumbo de México. Elegiremos entre el desgarriate panista (Fox y Calderón), vuelta a lo mismo (PRI-Peña Nieto-Televisa), o un proyecto alternativo de nación. Será una especie de plebiscito para, mediante el voto, decidir si sigue en el gobierno y en continuidad desde hace casi 30 años la oligarquía o inicia el poder del pueblo. En eso insistimos. Y en esos términos.
A la oligarquía no le interesa si es el PAN o PRI el partido que gane la presidencia. Ellos son los propietarios de las dos corporaciones, son los usufructuarios del bicéfalo partidario y sus aliados interesados como Panal o Pvem . ¿Qué diferencia puede haber entre los proyectos proimperialistas de De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón?  Ninguna; es la misma política económica dictada por el Banco mundial y el Fondo internacional, la de las trasnacionales, la que provoca mayor miseria, la que tiende a reformar las leyes para adelgazar el Estado mexicano y quitar las –leyes- que protegen a los grupos vulnerables, las que debilitan la educación y salud públicas.
De poco servirá meterle todo a la elección estatal, con las divisiones incluidas, si descuidamos la joya electoral de México, que es la presidencia de la república. De muy poco servirá tener victoria pírrica y ganar la candidatura al gobierno del estado y luego, posiblemente, ser gobierno, si como primera autoridad del país se tenga al mayordomo o gerente que pongan los potentados.
Para el 2012 Tabasco debe tener la claridad suficiente de que  la oportunidad legal se nos presenta cada seis años para tomar el timón del país. Para ello tenemos tareas importantes en términos sociales: organización, difusión de ideas, despertar conciencia, abrir debates, diálogo público, crear cines club, etc.
No está mal, por supuesto que caminen los precandidatos, dialoguen, etcétera; son derechos consagrados en nuestra Magna Carta. Lo importante es que no excluyan, ni difamen, vituperen  o denosten. Lo importante es que calienten el ambiente, trafiquen ideas,  informen sobre lo que sucede en la sociedad y sobre de la necesidad del cambio nacional.
En lo electoral Tabasco pasa primero por la elección presidencial, y luego por la estatal. No hay duda de que el mensaje de Andrés Manuel López Obrador es y ha sido a favor de la unidad, no hacia las personas, sino hacia el Proyecto de cambio democrático. Sólo de esa manera podría venir un renacimiento del país, en lo administrativo, en lo cultural, en lo social, en lo político.
 Luego, con el triunfo nacional vendrán las definiciones de quiénes serán los candidatos al gobierno del estado y de los municipios, por supuesto incluido Centro, la joya de la corona electoral tabasqueña. Con el triunfo nacional del movimiento democrático, ganamos todos: la sociedad en su conjunto; Tabasco, que requiere responsabilidad y rumbo en el ejercicio del gobierno, que no lo tiene.
Por eso es bueno el caminar, dialogar con la ciudadanía, debatir ideas, llevar Regeneración a las comunidades. De esa manera el pueblo podrá resistir la metralla en guerra sucia que vendrá de Televisa y Tv azteca, como en el triste 2006, cuando se dijo que vendrían las calamidades si ganaba (como ganó) López Obrador, el “peligro para México”.
Cuando el verdadero peligro lo era como lo es Felipe Calderón, con quien se agudiza la violencia, el desempleo, la pobreza, el abandono del campo, los saqueos gubernamentales.
Vamos todos juntando las partes que tenemos de información, vamos a difundirla, de casa en casa, en las pláticas con los vecinos, en el parque, en la cantina, en los centros culturales, en el abarrotes, en las iglesias. Vamos a informarnos, sin hacer caso a Televisa y Tv azteca. Vamos a demostrar que solamente el pueblo organizado y con conciencia, defiende a la Nación.