jueves, 24 de junio de 2010

Luto para los humillados del mundo/ 2a. y última


 
Carlos Monsiváis en su estudio. Portada del diario mexicano La Jornada, el domingo 20 de junio del 2010.  


Al día siguiente de la muerte del grande lusitano José Saramago, premio Nobel de literatura1998, conmocionado y consternado el mundo aún, murió el pasado sábado 19 de junio nuestro gran escritor Carlos Monsiváis (Cd. De México; 1938- Ibid 2010). Entre tantas cosas, fue cronista, ensayista, coleccionista de objetos populares, conciencia del país, solidario abajofirmante de las causas con pocas esperanzas de triunfo, marchista de causas populares y epigrafista.
Apasionado de lo  popular en todas sus manifestaciones, nunca dudó que su deber era estar al lado de los humildes, así como tampoco de que su deber era realizar la crítica justa, corrosiva y puntual al poder -en todas sus formas: político, religioso, económico- infame y retrógrada.
A su muerte, y a manera de homenaje, el periódico nacional La Jornada le dedicó el 20 de junio pasado la portada con una magna fotografía en la que se le mira en su trinchera rodeado por libros y papeles, desde donde lanzaba a la luz pública sus ideas, los rayos de la crítica fina contra los ampulosos y farsantes que detentan y usufructúan el poder público.
En sus libros se reconoce la vida de México, como una descripción de espejo, desgarradora y festiva, cruel y solidaria: tragedias, fiestas populares, el cine nacional, la música popular, los juegos y juguetes tradicionales, marchas y manifestaciones, el desafuero contra López Obrador, etcétera.  Sus libros más conocidos son: Días de guardar (1971); Amor perdido (1977); Nuevo catecismo para indios remisos (1982); Escenas de pudor y liviandad (1988); Los rituales del caos (1995); Salvador Novo. Lo marginal en el centro (2000); Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina (2000); y Apocalipstick (2009); entre otros.
Mención aparte merecen tres de sus actividades:
Coleccionaba todo tipo de objetos: trompos, fotografías, máscaras,  almanaques, pinturas, álbumes, discos y libros raros, con lo cual creó en 2006 el Museo El Estanquillo, ubicado en el centro histórico de la ciudad de México.
Tenía 24 gatos con nombres originales: Recóndita Armonía; Monja Beligerante; Rosa Luz Emburgo; Ansia de Militancia; Eva Sión; Fetiche de Peluche; Fray Gatolomé de las Bardas; Chocorrol; Miau Tse Tung; La Monja Desmecatada; Carmelita Romero Rubio de Díaz; Miss Oginia; Miss Antropía; Catástrofe; Pio Nonoalco; Nana Nina Ricci; Posmoderna; Mito Genial; Caso Omiso; Zulema Maraima; Voto de Castidad (Votito); Catzinger; Peligro para México; Copelas o Maulla.
Y por supuesto que no se puede olvidar su muy mentada columna “Por mi madre, bohemios”, publicada en diversos periódicos y revistas, donde recopilaba los hilarantes, ignorantes, “mochos” y ridículos, fragmentos de discursos o declaraciones de políticos, empresarios, curas y arzobispos, magnates, líderes sindicales, librepensadores y otros, con sus comentarios sarcásticos e irónicos.
A Carlos Monsiváis lo llora el pueblo, porque fue uno de ellos; con su memoria y archivo mental de conocimientos sabía de todo un mucho. Tenía respuestas a las trivias de cualquier nivel cultural. Y mantenía lealtad a toda prueba por los amigos, entre los que se cuentan, entre muchos otros, escritores, pintores, organilleros, vendedores de tacos, antigüedades y libros.
De él dijo Enrique González Pedrero en su funeral: "Monsiváis fue un intelectual de verdad. Siempre a contracorriente. Un intelectual de verdad no se rinde jamás".
Nuestro inmenso poeta, José Emilio Pacheco afirmó que Monsiváis “fue valiente, lúcido, implacable. Estuvo siempre con las minorías, los oprimidos. Esto lo saben todos. Menos apreciada es su labor de crítico literario y, en particular, de poesía…Ante su muerte sólo podemos leerlo y releerlo, y darle al fin el sitio que merece  entre los grandes escritores mexicanos de todos los tiempos.







sábado, 19 de junio de 2010

De luto los humillados del mundo

                                                José y Pilar
                                                                                            (Foto Paco Sánchez)








       




Carlos Monsiváis con Miau Tsé Tung



   Parte 1 de 2


Dos grandes escritores murieron la semana pasada: el lusitano José Saramago, y el mexicano Carlos Monsiváis. Doblemente grandes, me explico: grandes por su obra excelsa, y también por su actitud solidaria ante las causas de los pobres y humillados del mundo.
José Saramago (Santarém, Portugal, 16 de noviembre de 1922 - Isla Lanzarote, Las Palmas, España, 18 de junio de 2010), de familia muy pobre, abandonó sus estudios por lo cual trabajó de obrero, administrativo, periodista, entre otros dignos oficios. Fue lector voraz, autodidacta; su afición por la lectura le llevó a leer casi todos los libros de la biblioteca de su pueblo.
Ateo declarado, comunista clandestino, fervoroso luchador por las mejores causas, puso al servicio de la literatura su imaginación, y al servicio de los humillados su palabra punzante, solidaria y crítica.
Entre sus obras destacan: El año de la muerte de Ricardo Reis (1984); El evangelio según Jesucristo (1991); Ensayo sobre la ceguera (1995); Todos los nombres (1997); La caverna (2000); Ensayo sobre la lucidez (2004); Las intermitencias de la muerte (2005); El viaje de elefante (2008); entre muchas otras. En su obra, de gran imaginación, describe con ironía los sucesos que viven los personajes, y desliza la crítica pura, pulcra, y no como fin en sí misma, sino como realismo en la magia de la vida humana.
El último tramo de su vida fue una real novela amorosa con la periodista española Pilar Del Río, su segunda esposa con quien se casó cuando él tenía 64 años. Se dice que Saramago detuvo el tiempo por el amor, y que muchos objetos de su casa en la Isla de Lanzarote, donde residió apartado de la fama y del bullicio citadino, recuerdan la fecha cuando conoció a su Pilar.
Cuando obtuvo el premio Nobel en 1998 los jerarcas católicos refunfuñaron; para ellos no era posible que un ateo declarado, agnóstico actuante, recibiera el más grande galardón a la literatura.
En memorable discurso cuando recibió dicho premio hilvanó la historia de su origen, sus abuelos analfabetas, las limitaciones áridas y punzantes de la pobreza, la mirada al cielo bajo  la higuera, desde donde alcanzó a ver que se escondía una estrella, el encuentro con las palabras y su arribo a la literatura.
Dos imágenes de su solidaridad: cuenta Elena Poniatowska, en un emotivo texto, que Saramago rechazó en 1996 un Doctorado Honoris Causa que pretendía otorgarle la Universidad de Pará, Brasil, cuando se enteró que esa región era gobernada por Almir Gabriel, quien había ordenado una matanza de 19 militantes de Campesinos sin Tierra.
Cita también Elena que a propósito de los indios chiapanecos, dijo José Saramago en San Cristóbal de las Casas: “Si la voz de un escritor les sirve para algo, mi voz es vuestra voz. Seguiré hasta el final de mi vida con la conciencia de que mi voz no es sólo mi voz, porque creo que por la boca de cada uno de nosotros está hablando la humanidad entera (...)”.
Que no descanse José Saramago, que nos siga iluminando con sus palabras y su ejemplo de lucha contra los que humillan y denigran a los hombres. 

miércoles, 16 de junio de 2010

La mafia que se adueñó de México



Leí el nuevo libro de Andrés Manuel López Obrador en autobús, trayecto Veracruz-Villahermosa. Se llama: La mafia que se adueñó de México… y el 2012. El libro es un señalamiento directo contra los potentados que en contubernio con Carlos Salinas De Gortari, (ex presidente, que llegó al poder con el megafraude a Cuauhtémoc Cárdenas en el 88) se apropiaron de los bienes nacionales: bancos, minas,  carreteras,  ferrocarriles, aeropuertos, Aeroméxico, FERTIMEX, Teléfonos, etc. ¡Todo, pues! Lo hicieron con premeditación, alevosía, ventaja, dolo y saña; lo hicieron con rapacidad.
Los salinistas para adueñarse del país adecuaron artículos de la Constitución y leyes secundarias. Para ello elaboraron un discurso de la modernidad y una imagen de desarrollo que no correspondió nunca a la realidad del ciudadano común, tanto al del salario mínimo, como a las clases pobres-medias, profesionistas, pequeños comerciantes.
Andrés Manuel lo dice en su libro de manera directa, clara y sencilla. Lo dice sin la afectación propia del impulso tropical, lo dice con firmeza, pero tranquilo; los señala, los indicia, como una obligación del ciudadano preocupado por su patria, la cual se despeña entre la pobreza, la violencia, la simulación y la antidemocracia.
Les pone nombre y apellidos: los más ricos de los ricos, los que aparecen en FORBES y los que aspiran a aparecer en esa revista donde se exalta el dinero por sobre lo humano, donde se reconoce la acumulación de monedas y billetes por sobre la educación y la cultura. Desfilan los nombres de Carlos Slim, Roberto González Barrera, Ricardo Salinas Pliego, Emilio Azcárraga Jean,  Alfredo Harp Helú, los Garza Sada, Germán Larrea, Lorenzo Zambrano y otros.
El libro sobre la mafia de los barones del dinero no se queda en el señalamiento simple. Obrador ejemplifica y justifica con hechos históricos, plantea  los por qué de la necesidad del cambio. Cita cifras del crecimiento del país y las compara con las de otros. Detalla el abandono del campo y de la planta productiva. Describe y denuncia al duopolio televisivo (televisa y Tvazteca) y cómo este administra la ignorancia del pueblo. Denuncia que este diabólico duopolio pretende imponer a Enrique Peña Nieto en la presidencia de la república en el 2012, como la ha hecho con Salinas, Zedillo, Fox y Calderón a través del PAN o el PRI, que para el caso les funciona de la misma manera. El bicéfalo engendro, que los estudiosos del tema bien nombran como PRIAN, ha logrado imponerse.
Una anotación aparte merecen las esplendentes crónicas de su viaje al México profundo, cuando visitó los 418 municipios de usos y costumbres de Oaxaca. En ellas López Obrador describe las condiciones de miseria de pueblos enteros donde no conocen el teléfono y el abandono gubernamental es más que evidente, que se traduce en desnutrición, falta de empleo, abandono del campo, migración, muertes infantiles, menor promedio de vida, escuelas en abandono. Reconoce Obrador en esos pueblos su grandiosa y milenaria cultura, la generosidad y la disponibilidad para el trabajo. Son crónicas testimoniales y de alta factura literaria.
Explica Obrador también el trabajo de organización –conformando comités territoriales- que se está haciendo alrededor de la figura del gobierno legítimo (forma de oposición asumida para evidenciar lo espurio del régimen de Felipe Calderón), y la difusión de ideas a través del periódico Regeneración, el periódico del pueblo organizado.
Con todo lo anterior el libro es una explicación a detalle de la alternativa que tendremos en el año 2012, en el cual los mexicanos tendremos que decidir mediante el voto entre dos proyectos de nación: el de la rapiña salinista; o el proyecto alternativo de Nación que propone Andrés Manuel.



sábado, 5 de junio de 2010

¿Que dice Andrés?




Perdón si el título confunde y pareciera que me iba a referir al Químico, tan de moda en estos aciagos días en los que con razón se pide su renuncia. Y no. Me refiero a Andrés Manuel López Obrador, quien ha estado varias veces en nuestra entidad y va a regresar cuantas veces sea necesario.
Cuando vino el 30 de enero pasado fue claro ante  los consejeros estatales del PRD: instruyó con precisión no seguirle el juego a los dueños de periódicos ni al gobierno. Lo anterior en referencia a los dimes y diretes públicos de algunos dirigentes, lo cual era ampliado y festinado por los medios oficialistas. “Cuando al dirigente Pedro le digan: Luis está hablando mal de ti, ¿qué opinas al respecto?”, ilustraba Obrador y sugería contestar: “no estoy enterado, pero Granier y sus cómplices están saqueando al estado”. Completaba Obrador hacer lo mismo cuando le preguntaran al dirigente Luis. Es decir, es necesario amarrar la lengua, y mantener la cabeza fría cuando el corazón está caliente.
En las comunidades el reclamo de los simpatizantes y militantes es permanente respecto al diferendo entre  los diputados locales. Y lo bueno es que lo expresan, que lo dicen. En un partido democrático se plantean las diferencias, aunque lo ideal sería que se plantearan al interior y no se ventilaran en los medios. Sin embargo esto no sucede así.
En la visita reciente del sábado 29 de mayo López Obrador recibió el informe de los representantes del gobierno legítimo de las regiones Ríos y Sierra  en Macuspana, y de Centla y Centro, en Villahermosa. En dichas reuniones de evaluación se le explicó de los avances en organización con los nombramientos de representantes en las secciones electorales y la circulación del periódico Regeneración, el cual ya está a la luz en el país el número 6, correspondiente a junio.
El presídium en el evento de Centro, efectuado en el edificio del sindicato del Seguro Social, estuvo integrado por los diputados federales Adán Augusto López Hernández, César Francisco Burelo Burelo y Rodolfo Lara Lagunas; la Senadora Rosalinda López Hernández; y el Senador Arturo Núñez Jiménez; y los diputados locales Juan José Martínez Pérez, coordinador de la bancada; Bernardo Barradas; Alterio Ramos; Juan José Peralta Fócil y Lorena Méndez Denis; y el dirigente interino del PRD, Javier May Rodríguez,  además, por supuesto, de López Obrador. El mensaje de unidad es claro, el movimiento democrático necesita de todos; y si algunos se quedan en el camino, serán reemplazados por otros; los enemigos están en el gobierno, no dentro del partido.
Aparte del reclamo, los compañeros en las comunidades preguntan si López Obrador ya no está en el PRD, porque se le ve activo en los promocionales del Partido del Trabajo (PT). La respuesta es la siguiente: en la elección presidencial del 2006 lo apoyaron el PRD, el PT y Convergencia, aparte de muchas organizaciones civiles. Obrador está apoyando al PT en sus promocionales para que este partido mantenga su registro nacional. Los partidos de izquierda irán con candidato único en la elección federal del 2012, y éste, lo decimos desde Tabasco, deberá ser Andrés Manuel López Obrador.
Para el 2012 ha de conformarse, desde todas las geografías, desde todos los sectores, desde todos los colores, una gran corriente nacional impetuosa que logre, mediante la insurrección cívica, a través del voto, la llegada de nuestro paisano a la presidencia de la república para hacer historia gobernando en beneficio de la mayoría de los mexicanos.
Por cierto estamos esperando que llegue a Tabasco el libro nuevo de AMLO: “La mafia que se adueñó de México…y el 2012”. En sus página da detalle de cómo “Salinas no sólo se propuso entregar empresas y bancos propiedad de la nación a cambio de acciones o sobornos para él y su familia, sino que pensó en crear un grupo compacto con los beneficiados por el remate de estos bienes públicos, que le ayudara, económica y políticamente, a sustentar su poder sexenal”.
Debido al cerco informativo que tienen contra López Obrador los monopolios de la comunicación, en las comunidades, rancherías, poblados, barrios y colonias la gente nos pregunta: ¿qué dice Andrés?