jueves, 26 de julio de 2012


El interregno tabasqueño
Antonio Solís Calvillo
Para: el Doctor Guillermo Morelos Villegas, Rodolfo Lara Lagunas 
Don Sergio Isidro Alfaro y Cecilia Vargas Simón.
Entre el gobernante que se va y el que llega hay un espacio de tiempo, lo que bien se llama “interregno”. Tabasco tiene dos gobernantes: el saliente, y el electo. Uno no quiere gobernar ya, el otro no puede hacerlo, sino hasta dentro de un poco más de cinco meses. El que se va quisiera irse a Cancún o Mónaco desde ya o a un castillo de Versalles. Nosotros quisiéramos verlo por el rumbo de ciudad Insustrial, frente al Fraccionamiento Insurgentes y Olmeca. El que llega ya está conjuntando planes y proyectos y gestionando los presupuestos para el próximo año.
El que se va (gracias al cúmulo de votos) lleva unas alforjas llenas, muy llenas, de dinero malhabido y el repudio popular incluidas soberanas mentadas que no le dañan. No supo, no pudo o no quiso gobernar. Indolente y negligente en todo, dejó hacer y deshacer a su vástago y a sus funcionarios, uno de ellos, su dilecto amigo y compadre, Héctor López Peralta, al frente de Obras públicas.
El destinó los marcó el 1 de julio a fuerza de votos. Votación, claro está, influida por esa sombra del árbol generoso que lo es Andrés Manuel López Obrador, nuestro líder, nuestro dirigente, nuestro presidente. Instalados ya como electos, el Lic. Arturo Núñez y los nuevos presidentes municipales, habrán de hacer gala de sus luces para conformar un buen equipo de gobierno y trabajar a brazo partido, como se dice. Hay mucho por hacer.
El hecho concreto es que se recibe el estado en bancarrota, con deudas de más de 10 mil millones de pesos; con una industria hecha añicos; y un campo en el completo abandono. Se recibe el estado con un sistema educativo desordenado lo cual tiene como consecuencia los conocidos resultados no ´correspondientes con la inversión. Y los ríos y canales asolvados, lo cual mantiene la incertidumbre de las inundaciones.
El Lic. Arturo Núñez Jiménez llega con la fuerza de un pueblo que no se ha resignado a un destino de oprobio; con la fuerza de los héroes que combatieron en la batalla electoral del 1 de julio en toda la geografía de Tabasco, con ánimo, con entusiasmo, con el corazón bien puesto. No héroes anónimos, porque tienen nombre y apellidos, pero al ser miles y miles hace imposible consignarlos en este espacio, pero entre vecinos se conocen.
En estos días los que malbarataron el estado en el granierato están con las maletas listas para escaparse, con los boletos de avión listos. Y se van porque no podrán caminar con tranquilidad por las calles de Villahermosa; no podrán hacerlo con la frente en alto. Ocuparán las residencias que se compraron en otros estados o países y cambiarán sus rutinas: descansarán de “la fatiga” de malgobernar Tabasco. Y por las tardes caminarán rumbo a los gimnasios y aeróbics.
Hay un clamor popular porque se les enjuicie y se les quite lo que se adjudicaron de manera ilegal. Sería lo justo y políticamente correcto. Se robaron el destino de generaciones, en su salud, tanto física y mental y en educación; permítanme que lo diga de esa forma: gobernaron montados en el pueblo.
El nuevo gobierno no hará cacería de brujas, porque estas ni existen, ni buscará chivos expiatorios. Sino que habrá de escuchar lo que el pueblo quiere, necesita y clama. Sabrá interpretar el mandato del pueblo.
Este interregno es ´propicio para que se reflexione bien. En todas las áreas, en todos los grupos, en todos los sectores y en todos los órdenes. Para que se hagan los mejores planes. Para que se seleccionen los mejores perfiles. Para que se comparta con todos los tabasqueños la visión del Tabasco que se quiere en seis años. Porque claro está que no se logrará el cambio verdadero con el pensamiento y acción de un solo hombre. Sino con los miles y miles que tenemos profundo amor a Tabasco.

lunes, 9 de julio de 2012

Alfredo Peñaloza


De los imprescindibles, Alfredo H. Peñaloza


Antonio Solís Calvillo

Cabe señalar que un mal día, sin más, los imprescindibles mueren. Son de los que habla  Bertolt Brecht en su poema: “…Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.

El sábado próximo pasado en la madrugada falleció uno de ellos, el Ing. Alfredo Hernández Peñaloza. Su pensamiento y acción estuvieron siempre con las mejores causas.

Uno de sus temas centrales, de amor y pasión infinita, su motivación de vida, fue  la defensa del petróleo, industria en la que trabajó durante su vida laboral activa. Como ingeniero especializado en petróleo, conocía todas las aristas del tema: la parte técnica, la económica y política, las repercusiones de su explotación irracional; la monumental corrupción de los funcionarios de la empresa; las complicidades de los líderes sindicales con los funcionarios; etc.

Alfredo Hernández Peñaloza fue bujía de muchas organizaciones sociales. Aquí en Tabasco fue punto de cohesión entre los sindicatos de telefonistas, del STAIUJAT y del Seguro Social. Fundó en la entidad, junto con otros líderes, el Frente Sindical, Obrero, Campesino y Estudiantil. Asimismo fue representante del Comité Nacional de Estudios de la Energía. Y mantenía relaciones fraternas y de colaboración con la parte americana del Frente Sindical Mundial.

En sus charlas públicas nunca presentaba fórmulas como solución a la problemática del país y estado, sino que exponía sus argumentos, siempre con datos, con lógica impecable. De manera grata ayudaba a generar en los grupos un ambiente de diálogo y colaboración. Fue un hombre informado y de acción.

Su fallecimiento prematuro, cuando apenas inicia en Tabasco un movimiento político distinto, deja débil el flanco ideológico siempre vital. Si es cierto que el cambio verdadero ya está aquí, con los resultados electorales a favor de lo que se llaman “las izquierdas”, entonces las discusiones y reflexiones sobre ideología, política y educación,  pierden a una de las personas con alto grado de conciencia, además muy interesado en estos temas, a los que consideró vitales para el desarrollo humano.

 

Y sobre todo fue un auténtico luchador social y maestro; siempre aconsejaba, siempre alentaba a seguir en la lucha luego de las noches tristes de derrota, que siempre fue la constante hasta ahora.

Cesó de latir, pues, el gran y humano corazón de Alfredo Hernández Peñaloza. Cesó de soñar, de hablar, de imaginar, de orientar. Hasta el último instante, nos comentan, buscó y encontró las palabras propias, no de un lecho de enfermo, sino de la tribuna, del aula, de la sala de conferencias. Su ferviente pensamiento elucubraba siempre con el tema de la lucha social. Tan es así que aún en su condición de enfermo salió hace algunas semanas al municipio de Paraíso a presentar el libro el Cártel negro, de la periodista Ana Lilia Pérez, explicando en pocos minutos, en un discurso intenso, el tema central: la red de complicidades en PEMEX que causan daño patrimonial a la nación.

Son pocos los que luchan toda la vida, hasta en sueños; son pocos pero son imprescindibles. Descanse en paz el compañero y amigo Ing. Alfredo Hernández Peñaloza.