(Parte uno)
Para propios y extraños no es sorpresa el movimiento del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación de Tabasco (SITET). Primero porque busca diferenciarse de su similar sección 29 del SNTE y, como consecuencia de esto, ganar adeptos. Por otro lado no está en discusión la aspiración de Beatriz Luque, Roger Arias y del mismo Pedro Estrada Almeida de ocupar puestos de representación popular.
Los tres son militantes del PRI (Pedro en su variante de PANAL) y están en ejercicio pleno de sus derechos. Y serán entonces sus propios agremiados o partido quienes les aplaudan o injurien sus pretensiones de utilizar la representación sindical para buscarse cobijo electoral. Y será la opinión pública la que recrimine a Luque el uso electoral que le continúe dando a la Secretaría de Educación (SE).
En ese marco se entiende la renuncia del Profr. Santana Magaña Izquierdo a la Subsecretaría de educación básica; y la actitud de ministerio público del representante de Elba Esther Gordillo en el estado, Pedro Estrada Almeida.
Desde el inicio de su gestión fallida, Granier Melo recibió de la Gordillo la orden de desaparecer al SITET. Ante tal situación los funcionarios de la SE, abierta y descaradamente unos, otros de manera encubierta, minimizaban y obstaculizaban el trabajo gremial de este sindicato independiente, y lanzaban de manera sistemática una guerra sucia contra su secretario general. Múltiples portadas de los periódicos beneficiarios del régimen dan testimonio de estos hechos.
A cada trabajador del SITET que requería un trámite, buscaba un ascenso, cambio de adscripción o se le presentaba un problema, sus jefes inmediatos le decían que sería más fácil si se cambiaban de sindicato. Hasta algunas secretarias tenían los formatos de solicitud del SNTE. Específicamente en la Dirección de Secundarias, pero también en otras.
La administración de la SE otorga facilidades al SNTE y pone trabas al SITET en sus relaciones sindicales. La parcialidad de trato, es lo que tiene a la educación de cabeza, en pésimos lugares, e inconformes a los trabajadores de la educación. Porque además esa parcialidad está supeditada a los intereses políticos coincidentes entre el dirigente gordillista y la titular de la SE.
Cuando a Granier Melo se le ocurrió la gracejada hace dos semanas de clamar que no se hiciera política desde la SE, a muchos nos dio pena ajena cuando a todas luces la pretensión de la maestra Luque de pasar a la cámara local con una diputación plurinominal tiene en un marasmo a los jefes de área y directores. Muchos de ellos, hartos por las presiones que reciben para supeditar sus funciones al trabajo de partido, lo comentan, lo denuncian. Otros, lacayos e irresponsables, las realizan con beneplácito y hasta orgullosos.
O Granier sabe que la SE está siendo utilizada con fines partidistas o realmente no lo sabe. En ambos casos queda mal. Cínico, mentiroso o tonto.
En este contexto, de uso faccioso de las instituciones, era mejor la salida del Profr. Santana Magaña Izquierdo, quien con su experiencia real y su real o aparente institucionalidad, le daba forma a la autoridad de la SE; el permanecer en la Subsecretaría le hacía formar parte del descrédito de la presente administración. Miguel Ramírez Frías, quien siempre se ostentó como el poder tras el trono en la SE, a sus espaldas se burlaba de él, lo hacía quedar mal o peor; a Santana se le encomendaba enfrentar los problemas, conciliar con padres de familia y sindicatos. Lo que los lacayos incendiaban, a Santana le tocaba ir de apagafuegos.
Y si la orden de la Gordillo Morales era desaparecer al SITET, la tarea le quedó a la administración de la SE, liderada por Miguelito Ramírez Frías. Como los meses y años han pasado y no lo lograron, y ante la incapacidad de ellos, la Gordillo echó manos de Estrada Almeida.
Orgulloso de su papel de esquirol magisterial, Pedro Estrada salió a la palestra la semana pasada para asumir el papel de ministerio público y mostró documentos donde denunció que desde la SE solapan al SITET, justificando las inasistencias a los centros de trabajo por las marchas. Y cierto es que la SE tiene el acuerdo de justificar las inasistencias por trabajo sindical, tanto al SITET como al SNTE.
Además coincide Pedro Estrada con Bety Luque en sus pretensiones políticas panal-priistas. Y coinciden en querer acabar con el SITET. Pero el muerto que quieren matar, goza de cabal salud. La marcha del viernes 17 así lo muestra, en la que hasta miembros del SNTE participaron. Y Pedro pedirá que a sus agremiados les descuenten la inasistencia.
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