domingo, 10 de abril de 2011

Los persecutores enanos



Los enanos tienen una especie de sexto sentido
que les permite reconocerse a primera vista.
Eduardo Torres

Vil y ruin es el hombre que utiliza la maquinaria y los recursos del estado para las venganzas personales y políticas. Agrega el cinismo cuando lo niega públicamente sin darse cuenta que los demás no caen en su deliberado juego perverso, y aunque no lo señalen o sencillamente guarden silencio, la ciudadanía los tiene en el calificativo de viles, ruines y cínicos.
En Tabasco pese a las irregularidades y malos manejos de los recursos públicos, junto con los enriquecimientos ilícitos, no se ha juzgado a un gobernador, a miembros de su gabinete, ni a los precisos presidentes municipales. A veces se simula y se castiga a un chivo expiatorio, a alguien del mismo grupo de partido que no se disciplinó. A veces se mete a la cárcel a un funcionario menor y se le castiga con la inhabilitación, mas no con reintegrar lo que se llevó.
El mismo órgano de Fiscalización del Congreso actúa como persecutor para someter a los presidentes municipales, sean del mismo partido (autosometidos) o de la oposición, por lo cual muchos de estos se mueven de manera oscura o sigilosa para evitar ser a quienes reprueben la cuenta pública.
El gobierno del estado, este, el actual, al que se le identifica con el mote de “el de las bicicletas”, el de la menguada y lánguida palabra y lloriqueo por lo de las brutales inundaciones, está ejerciendo el poder total para ejecutar civilmente a dos expresidentes municipales: a Evaristo Hernández, ex de Centro y a Javier May Rodríguez, de Comalcalco. Y aunque son de partidos distintos el destino los une al ser blanco de los recalcitrantes odios.
Son golpes políticos, descontones porriles con alcances legales que van desde la inhabilitación para que sus nombres no aparezcan en las boletas electorales, hasta el confinamiento en frías mazmorras para que paguen la culpa terrenal de haber enfrentado desde la soberbia a la soberbia y corrupción misma.
Habrá otros funcionarios públicos que hayan delinquido, otros que se hayan mofado de la población, que hayan construido palacetes y mansiones y comprado ranchos, que tengan cuentas en el extranjero. ¿Me estás oyendo, Héctor? Pero a ellos dos son los que intentarán desahuciarlos políticamente.
Me decía una gente cercana al órgano de fiscalización del Congreso que todas las cuentas públicas tienen observaciones, unas más graves que otras. Que unas son solventadas y otras no. Pero de que hay indicaciones de reprobar las cuentas de May y Hernández, de eso no hay dudas.
Entonces para qué carambas sirve una Secretaría de la Contraloría del estado si sólo atrapan charalillos y ningún pez gordo. Para  que crean el pomposo (de nombre) Instituto Tabasqueño de Transparencia y de Acceso a la Información Pública, si sólo es para oscurecer más la información que debe ser pública.
Pongamos algunos botones de muestra: El ISSET. Por voz misma de la Doctora Hilda Padrón Santos, hay un faltante evidente de 460 millones de pesos que eran del fondo de pensiones y jubilaciones. Y de allí no se dice nada, ni en qué cuentas particulares están, ni quién se los clavó. Desaparecida esa cantidad en una sóla dependencia, prefigura a escala el descomunal faltante que hay en las cuentas del ejecutivo estatal.
Otro es el de la Secretaría de Educación que comanda Betty Luque. La Contraloría federal encontró faltantes en la partida de apoyo a la educación básica. Y no pasa nada.
¿Y la cuenta esa a la que llaman eufemísticamente como “deudores diversos” que tiene Finanzas, en donde encuadran todos los faltantes por miles de millones de pesos, información que se niegan a proporcionar?  ¿Y la avioneta que salió de Villahermosa rumbo a Cancún con ocho millones de pesos, los cuales fueron incautados. , y que presumiblemente pertenecían a un funcionario local? Así lo señala un diario local el 28 de noviembre del 2007 “se liga al secretario de Finanzas de Tabasco, José Manuel Sáiz Pineda, con el empresario Martín Alberto Medina, a quien se le decomisaron 8 millones de pesos por parte de la PGR, cuando los transportaban en una avioneta que fue asegurada y presuntamente había sido rentada para trasladar ayuda humanitaria a nuestra entidad”.
No pues, son buenos, como magos, para desaparecer dinero. Mientras tanto seguiremos viendo el transcurso del odio y las venganzas de los enanos persecutores contra dos expresidentes municipales. La ruindad con mayúsculas.

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