viernes, 8 de julio de 2011

La unidad en el PRD-Tabasco, necesaria y posible




En el 2012 las condiciones para que el PRD gane las elecciones en Tabasco son inmejorables. No se volverán a presentar fácilmente en el futuro, como no se presentaron tampoco en las elecciones pasadas. Aún reconociendo que la anulación de las elecciones en 2000 fue un avance que por diversas circunstancias no se pudo concretar en triunfo de la oposición el año siguiente; una de ellas la división interna del PRD.
El asunto es que en las elecciones de 2012 las condiciones están dadas. Hay encono popular en todos lados: los derechohabientes del ISSET no tienen la atención médica ni las prestaciones de ley; miles de burócratas fueron lanzados a la calle; 400 mil familias están en resistencia civil (RC) más los que sin estar en la RC tienen deudas ante CFE y no pueden pagarla; los rechazados en la universidad y el tecnológico; los inundados del 2007,2008 y 2009 y 2010; los que fueron desalojados de sus viviendas; los que transitan por calles con hoyancos; los que no reciben buen servicio de agua potable; los afectados por los boquetes de alivio en las rancherías del bajo Grijalva; los ancianos, discapacitados y madres solteras a quienes les quitaron el programa Te da más; los que han sido robados en sus casas y asaltados en la calle; los que defendieron la arboleda de INDECO, etc.
En esas condiciones trabajarán los partidos políticos para alcanzar el poder estatal. El PRI sin tener fácil la designación de candidato, que al decir de muchos estará con Luis Felipe Graham Zapata y algunos con Humberto Mayans, tendrá que desmarcarse de la catastrófica gestión de Andrés Granier Melo, quien designó a muchos inútiles en altos cargos públicos, defraudando hasta al sector de la población que votó por él.
El encono y la memoria de los tabasqueños tendrán contra la pared al candidato del PRI. Por más despensas, patitos, gansitos, bicicletas, pollitos y láminas que entreguen. Por más que tengan inmensas bolsas con billetes de a mil pesos para comprar votos. Por más que tengan de aliados al PANAL y al PVEM, concesiones que tienen para sus intereses Elba Esther Gordillo y los González Torres, respectivamente.
Los candidatos del PRI enfrentarán la ira de los ciudadanos que fueron burlados, humillados, vilipendiados y olvidados en estos años aciagos del granierato.
El PAN sabe que no va a ganar la gubernatura. Luego entonces buscarán un candidato que, en ariete con el PRI, saque suficientes votos  para impedir que el PRD gane. Intentarán desviar el voto del encono de los tabasqueños al pozo desfondado y desprestigiado del PAN. Para eso contarán con los programas y delegados federales, representantes de Felipe Calderón, además de los ayuntamientos de Balancán y Emiliano Zapata.
El PRD por su parte tiene la gran oportunidad de cambiar la historia de Tabasco: ganar la gubernatura e imponer una política económica, social y cultural que beneficie a la población, en la que todas y todos se sientan integrados. Para ello cuenta con cuatro aspirantes reconocidos: Adán y Rosalinda López Hernández; Arturo Núñez Jiménez; y Oscar Canton Zetina.
La pregunta es ¿quién de ellos será? Una de las consideraciones es que al ser homologada la elección local con la federal para la misma fecha, la candidatura estará determinada por quien atraiga mayor cantidad de votos. Lo cual sólo será conocido mediante una  serie de encuestas que coincidan en el mejor, o la mejor,  posicionado, o posicionada.
El PRD ganará la gubernatura del estado con la condición de que el candidato o candidata tenga el apoyo de los otros precandidatos. Habrán de tejer fino, para ello, una candidatura de unidad, con espacios para todos los grupos. Seguramente que a esto le apostará el habilidoso y social Javier May, que para eso se pinta solo. De otra manera, ni en sueños. Enfrentar la elección para gobernador sin unidad por parte del PRD es empezar a escribir la crónica de una derrota anunciada.